Poemas desde la muerte

No supe de la tierra
hasta el momento en el que me hicieron
toser
-tosa, tosa de nuevo, una vez más-
para comprobar si de mi vientre manaba sangre.

Olvidé comerme la placenta
aún caliente
e ignoro el día de mi próxima muerte.

Llevo flores, amapolas,
bocas, tripas.

Me preparo.
Cepillo mi pelo cien veces.
Subyuga mi más sórdido camisón
al sueño más cálido.
Vomito una recóndita purga negra.
Estoy lista.

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